El Cuento de la Voz Dormida

Había una vez un pueblo donde las personas vivían en silencio. No porque no pudieran hablar, sino porque habían aprendido a susurrar sus sueños, a esconder sus ideas y a guardar sus emociones en lo más profundo de su ser. En ese lugar, la norma era no destacar, no brillar demasiado, no hacer ruido. "Es más seguro así", decían todos.

Pero en ese pueblo vivía una niña llamada Alma. Desde pequeña, Alma sentía que algo no estaba bien. Veía cómo las personas caminaban con los hombros caídos, con los ojos apagados, como si llevaran un peso invisible. Y aunque ella también había aprendido a callar, dentro de su pecho había una chispa que no dejaba de arder.

Una noche, mientras miraba las estrellas, Alma escuchó una voz. No venía de afuera, sino de adentro, de lo más profundo de su ser. La voz le dijo:

"Alma, naciste para vivir en voz alta. Tu luz no es para esconderla, es para iluminar."

Al principio, Alma tuvo miedo. ¿Qué pasaría si empezaba a hablar? ¿Si mostraba su verdadera esencia? ¿Si dejaba que su luz brillara? Pero la voz dentro de ella era tan clara, tan fuerte, que decidió intentarlo.

Al día siguiente, Alma hizo algo que nadie en el pueblo había hecho antes: se subió a la plaza central y comenzó a cantar. Al principio, su voz temblaba. Sentía las miradas de todos, algunas de sorpresa, otras de juicio. Pero, a medida que cantaba, algo mágico ocurrió: su miedo comenzó a desvanecerse. Su voz se hizo más fuerte, más clara, más viva.

Y entonces, algo aún más increíble sucedió. Una mujer que estaba en la plaza comenzó a aplaudir. Luego, un hombre se unió. Y después, un niño empezó a reír y a bailar. Poco a poco, las personas del pueblo comenzaron a recordar algo que habían olvidado: que ellos también tenían una voz, una luz, un fuego dentro de ellos.

Esa noche, el pueblo entero cantó bajo las estrellas. Y desde entonces, nunca más volvieron a vivir en silencio. Aprendieron que vivir en voz alta no era egoísmo, sino un acto de amor. Porque cuando alguien se atreve a brillar, inspira a otros a hacer lo mismo.